miércoles, 2 de diciembre de 2009

lluvia de convección


Las lluvias de convección, a diferencia de las orográficas suelen producirse en zonas llanas o con pequeñas irregularidades topográficas, donde puede presentarse un ascenso de aire húmedo y cálido dando origen a nubes del tipo de cumulonimbos con lluvias intensas. El diámetro del cumulonimbo que produce una lluvia de convección puede variar notablemente, desde un centenar de metros en un tornado, hasta unos 1000 Km. o más en el caso de un huracán, aunque el término cumulonimbo suele limitarse a casos intermedios. Este diámetro está directamente relacionado con la mayor o menor duración de la tormenta.
Características de las lluvias de convección
Se producen cuando el aire asciende por diferencias de temperatura a causa de un calentamiento local (ascensión convectiva). El ascenso es natural. El gradiente adiabático tiene que ser menor que el gradiente vertical medio de temperatura. Entonces el aire inestable asciende y se forman nubes de desarrollo vertical (cúmulos y cumulonimbos), dando lugar a precipitaciones de tormenta y granizo. Son propias de las regiones ecuatoriales y tropicales. En latitudes medias dan lugar a las tormentas de verano.
Las lluvias de convección suelen producirse en horas de la tarde. Las razones son:
La radiación solar va calentando durante el día la superficie terrestre (las tierras primero y las aguas después, como se puede ver en el artículo sobre la diatermancia). Las columnas de aire caliente comienzan a ascender en los lugares que más se han calentado, lo cual puede variar localmente por múltiples razones, principalmente, por la incidencia de los rayos solares sobre el suelo, por la mayor o menor cantidad de vegetación y, sobre todo, por la mayor o menor cantidad de agua en el lugar. Estas columnas de aire no suelen verse en un principio por su escasa humedad relativa aunque suelen estar indicadas en la zona intertropical por el ascenso en círculos de las aves como el zamuro y otras de gran tamaño, que las aprovechan planeando para ascender y, cuando alcanzan gran altura dirigirse hacia donde desean, descendiendo con una economía enorme de esfuerzo, ya que pueden volar unos diez Km. o más sin prácticamente mover las alas. El ascenso de estas aves se produce inmediatamente antes de producirse las lluvias, aunque a veces, cuando el aire está muy seco, las columnas de aire caliente no son seguidas por esas lluvias de convección. Los planeadores pueden aprovechar estas columnas de aire caliente para ascender, aunque en este caso no se puede hablar exclusivamente de ascenso del aire por convección sino por el ascenso del aire por el efecto orográfico o una combinación de ambos tipos de motivos.
La mayor velocidad de ascenso de las columnas de aire caliente durante las horas de la tarde, da origen a un rápido enfriamiento de esas columnas, produciéndose la rápida condensación y la formación de nubes de desarrollo vertical, principalmente cúmulos en sus diversos tipos, y cumulonimbos, que son los que producen lluvias intensas y tormentas, por las diferencias de humedad y temperatura que se dan entre el interior y los bordes de la masa nubosa.
Las lluvias de convección dejan una especie de "huella" o mancha mojada en el suelo que tiene forma ovalada, la cual ayuda a repartir mejor la acción de las distintas nubes de lluvia, cuya superficie suele ser relativamente reducida. Sobre la huella que dejan no suele producirse un nuevo cumulonimbo poco después porque tras la lluvia producida, el suelo mojado crea una especie de pequeña zona de alta presión sin vientos. El refrán de que detrás de la tormenta viene la calma se aplica perfectamente en este caso. Sólo en casos muy favorables y específicos del relieve, por ejemplo, en el sur del Lago de Maracaibo, donde los vientos se ven forzados a ascender por el estrechamiento del relieve, se produce la unión de numerosos cumulonimbos con una tormenta eléctrica continuada durante toda la noche: es el caso del Relámpago del Catatumbo en el occidente de Venezuela, donde se combina la convección producida en la superficie del lago de Maracaibo en horas de la tarde, con el efecto orográfico de los Andes venezolanos (la Sierra de Mérida) y la Sierra de Perijá. Esta idea queda clara en la imagen de satélite cuyo enlace aparece abajo.

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